¿Qué hacemos con ese dinero? (decimos la devolución de la renta pero se puede aplicar a cualquier cantidad "extra" que percibamos o vayamos a percibir).
Algunos pensaremos en (si la cifra vale la pena) ahorrarlo o invertirlo. Eso está muy bien, pero ¿sabemos donde o cómo nos interesa hacerlo? Nuestra recomendación es antes de nada, pararnos a pensar y realizar un ADN (análisis de necesidades) de nuestro caso ¿cuánto dinero ponemos? ¿cuándo lo podemos necesitar?, el objetivo de nuestro ahorro o inversión, etc., etc.
¡Seamos nosotros los que decidamos lo que queremos!, ¡que no nos "regalen" cosas que luego no sirven para nada e hipotecan nuestra inversión!
Hagamos nuestro ADN, nosotros mismos o con la ayuda de asesores profesionales del ahorro y/o la inversión, pero, cuidado, profesionales de verdad, que sepan asesorarnos, teniendo en cuenta no sólo la rentabilidad para nuestros ahorros o inversión, también las implicaciones fiscales que tendremos y que pueden significar la diferencia entre ganar o perder.