martes, 19 de enero de 2016

¿CÓMO ES LA PENSIÓN DE UN AUTÓNOMO?



Un informe de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA), muestra que la pensión de jubilación media de un autónomo (datos octubre/2015) es de 622,26 €/mes, mientras que en 2008 era de 505,65 €. Frente a ello, la pensión media de los jubilados de régimen general ha pasado de 1.029,13 €/mes en 2008 a los 1.171,17 € en octubre de 2015 (un 13,8% más en 7 años).

Esta diferencia del 41% entre la pensión de un autónomo y la de un asalariado se explica (según ATA) porque la cotización del autónomo es un 40% inferior a la cotización media del asalariado, además, hay que tener en cuenta el aumento de la base de cotización del 8% entre 2008 y 2015. 

¿Aumentamos nuestra cotización? 
El “problema” es que la base de cotización mínima del autónomo está 884,40 € por la que pagamos una cuota de 264,44 € al mes, mientras que para los asalariados la base de cotización va en aumento conforme avanzan los años trabajados.

Los autónomos podemos decidir nuetra base de cotización, aunque lo más habitual es elegir la base mínima, lo que supone que si la mantenemos a lo largo de los años el resultado es que nuestra pensión pública será baja.

¿Qué hacemos? 

¿Nos esforzamos e incrementamos nuestra cuota (con lo que significa de obligación para con la Seguridad Social y la incertidumbre de los cambios legislativos) esperando que nuestra pensión pública sea los más decente posible o nos decidimos por combinar un menor esfuerzo para el pago de la Seguridad Social y contratar sistemas de previsión privados?

Subir nuestra cotización, además de para la jubilación, supone un aumento del importe a cobrar caso de enfermedad. A tener en cuenta que los autónomos cobraríamos el 75% de la base a partir del día 21 de enfermedad, pero tendremos que restar la cuota de autónomos del mes (que tenemos que seguir pagando), además de no cobrar nada hasta el día 21. 

A  nadie se le escapa que el futuro de las pensiones públicas no está nada claro, y nadie nos asegura que lo que coticemos hoy sea garantía de una buena pensión pública mañana.

Nuestra apuesta es claramente por procurarnos planes privados. En ellos, el dinero que depositemos será siempre nuestro y seremos nosotros (mejor adecuadamente asesorados por profesionales) quienes decidamos las aportaciones, adaptándola a la situación personal que tengamos en cada momento. 

Lo mismo sucede en el caso de accidente o enfermedad, mejor disponer de uno privado que complemente las prestaciones de la Seguridad Social y que nos asegure cubrir nuestras necesidades.

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